31 may 2011

Con el corazón


El arte ha muerto…
            En la era posmoderna en la que vivimos, esta frase es la más usada a la hora de definir el arte nuevo, el arte que por “obligación” nos toca vivir y que por “vocación” nos toca estudiar como amantes del arte.
            Durante estos años de carrera, se nos ha instado a aprender las formas clásicas que ya Leonardo Da Vinci, según Vasari; dejó señaladas como las adecuadas para el estudio artístico: primero copiarás las láminas que un buen maestro haya realizado del natural, después copiarás las formas de esculturas clásicas para, finalmente; tomar los dibujos del natural propiamente dicho. ¿He dicho durante estos años de carrera?
            Realmente, en muchas ocasiones esto no ha sido así perdiéndose el interés por parte del alumno en el arte teórico. No sabemos nada de lo que ha habido antes que nosotros, aunque… ¿para qué si finalmente acaba muerto? ¿Para qué si no podemos sacar nada nuevo? ¿Para qué si en el arte postmoderno todo vale? ¿Para qué?
            Por eso he decidido basar mi último trabajo del curso en una investigación sobre el postmodernismo, para poder responder mis preguntas sobre la muerte del arte y sobre el “todo vale” de este.             Resucitemos lo que, en teoría; está muerto.

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