27 nov 2010

“Un seis y un cuatro, la cara de tu retrato”
















NÚMEROS… ¿Son autosuficientes, o es el ser humano el que les da sentido?
¿Pueden los números al igual que el ser humano actuar, pensar o regirse por sentimientos?
Muchos matemáticos hablan de la elegancia de la matemática, su intrínseca estética y su belleza interna.
Los matemáticos con frecuencia se esfuerzan por encontrar demostraciones de los teoremas que son especialmente elegantes.
¿Por qué este sentido de expresar características y razones tan propiamente humanas mediante números?
Tal vez sea una forma de “humanizar” lo números. 
El número está muy ligado al ser humano pero como herramienta y medida de un determinado fin, yo pretendo liberarlos, que actúen ellos solo como generadores de formas sin que nada se interponga, que no tengan que estar sometidos a operaciones matemáticas, formas geometrías,…
 Para ello sustituyo el rostro humano, por números. Porque… ¿Qué hay más humano que le rostro?
El rostro nos identifica, nos diferencias a unos y otros, da identidad a la persona y es un valor universal al igual que los números.
Pretendo que los números puedan expresar así diferentes sentimientos y gestos en un acto de dar vida a esos números, al igual que los números están presentes en muchas situaciones de nuestra vida.